
Espejos y más espejos.
Los hay comunes o con identidad propia.
Los hay de fábula, espejitos que solo emiten el monólogo sí,
en calidad de respuesta.
Hay los que te transportan hacia otras dimensiones.
Hay espejos de agua, donde se baña la luna junto a su séquito de estrellas.
Hay espejos unipersonales para confiarle nuestros secretos
o dudas existenciales: Un sillón y tú sentado frente al espejo.
Hay espejos brillantes, en los cuales nos reflejamos.
Hay espejos trizados que nos distorsionan.
Hay solo dos espejos que nos delatan; los espejos del alma,
son nuestros propios y benditos ojos.
Claudio Fernando Navarro. Chile
Reseña del autor:
Enseñanza básica – E. media. Aprobados.
Dos semestres la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos.
Diversos talleres y cursos de capacitación en áreas técnicas y sociales.
Mi formación poética es mayormente autodidacta, el primer acercamiento formal fue a los 16 años, época en que fui alumno epistolar de un curso de poesía, por correspondencia, impartido por la editorial SEA – (México).
Mi referente es el poeta chileno Vicente Huidobro, inventor del estilo – El creacionismo – Que define al poeta como un pequeño dios.