
A mi hija Manuela…
¡Mientras el sol matiza
tus cabellos
con sus trémulos pinceles,
una sonrisa estalla
de tu rostro florecida,
risa adormecida,
doblega a mi alma con
ternura!
¡De todos los tesoros
que adornan tu existencia,
el que más amo es tu sonrisa!
¡Sosegado arrullo ajeno
a la tristeza o la alegría,
miel carmín que empalaga
opalino a mi corazón materno!
¡Regálame siempre tu sonrisa!
¡En la luz o en la oscuridad!
¡En la cumbre o la profundidad!
¡Inclusive despliega su jardín,
sobre mi última morada!
Hedda Ibarra. Colombia.
Del libro prosa de Caracola bajo la luz de mi velero.