
Dos soplos divinos dieron vida a la humanidad.
Un soplo de fuego extinguió Sodoma y Gomorra.
Dos soplos nucleares acabaron con Hiroshima y Nagasaki para terminar
con la segunda conflagración mundial.
Y el hombre, el peor depredador sobre la tierra sigue soplando a todo pulmón su
propia autodestrucción: Calentamiento global, terrorismo, fanatismo religioso,
narcotráfico, ultranacionalismo… todas las fobias e ismos.
El planeta al vaivén, sin rumbo definido.
Y el hombre globalizado no cesa de soplar la última trompeta… esa extraña
melodía apocalíptica.
Así de soplos nace y acaba la vida.
Claudio Fernando Navarro. Chile
Reseña del autor:
Enseñanza básica – E. media. Aprobados.
Dos semestres la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos.
Diversos talleres y cursos de capacitación en áreas técnicas y sociales.
Mi formación poética es mayormente autodidacta, el primer acercamiento formal fue a los 16 años, época en que fui alumno epistolar de un curso de poesía, por correspondencia, impartido por la editorial SEA – (México).
Mi referente es el poeta chileno Vicente Huidobro, inventor del estilo – El creacionismo – Que define al poeta como un pequeño dios.