El tiempo a veces me deja escuchar entre las cortinas de sus horas,
el tic tac de mi corazón cantando en mi adolescencia.

Pero, ¿Qué melodía podría hacer surcar los recuerdos,
tal vez sin el llanto que escapó impreciso en su momento,
al perder del sueño tierno la utopía?

El corazón es una flor que lleva también muchas raíces
y aprietan donde herido a veces sangra.

¡Me ha dado por abrir añejo ya el secreto cerca al alma, despacio,
porque quema!

¡Me ha dado por mecerme con la noche a ver si duerme ese dolor,
y hasta el silencio parpadeando me ha entendido y me ha sobado
cerca de mis ojos bajo la penumbra que también se inquieta.

Habrá otra melodía?…
le pregunté al secreto que se agacha entre mi piel más escondida…
y nunca respondió…

Hedda Ibarra. Colombia
Del libro Prosa de caracola bajo la luz de mi velero.