
Si tú eres la yegua de ámbar
yo soy el camino de sangre.
Si tú eres la primer nevada
yo soy el que enciende el brasero del alba.
Si tú eres la torre de la noche
yo soy el clavo ardiendo en tu frente.
Si tú eres la marea matutina
yo soy el grito del primer pájaro.
Si tú eres la cesta de naranjas
yo soy el cuchillo del sol.
Si tú eres el altar de piedra
yo soy la mano sacrilega.
Si tú eres la tierra acostada
yo soy la caña verde.
Si tú eres el salto del viento
yo soy el fuego enterrado.
Si tú eres la boca del agua
yo soy la boca del musgo.
Si tú eres el bosque de las nubes
yo soy el hacha que las parte.
Si tú eres la ciudad profanada
yo soy la lluvia de consagración.
Si tú eres la montaña amarilla
yo soy los brazos rojos del liquen.
Si tú eres el sol que se levanta
yo soy el camino de sangre.
Publicado por Sergio Ruíz. Colaborador (México).