
Ruidos confusos, claridad incierta.
Otro día comienza.
Es un cuarto en penumbra
y dos cuerpos tendidos.
En mi frente me pierdo
por un llano sin nadie.
Ya las horas afilan sus navajas.
Pero a mi lado tu respiras;
entrañable y remota
fluyes y no te mueves.
Inaccesible si te pienso,
con los ojos te palpo,
te miro con las manos.
Los sueños nos separan
y la sangre nos junta:
somos un río de latidos.
Bajo tus párpados madura
la semilla del sol.
El mundo
no es real todavía,
el tiempo duda:
solo es cierto
el calor de tu piel.
En tu respiración escucho
la manera del ser,
la sílaba olvidada del Comienzo.
Publicado por Sergio Ruíz. Colaborador (México).
Extraordinario poeta, sus versos son nubes que siempre regresan, estrellas que no se apagan, arboles eternos, el rumor de palabras candentes como la luz de un sol que nunca muere.
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