TORMENTA


De pronto; el cielo grisáceo se ilumina intermitente,
paletadas de relámpagos se descargan a mansalva.
Cada haz es un juglar zigzagueando, anunciando el preludio de un estruendo.
El apacible cielo se vuelve loco.
La filarmónica sideral va ejecutando nota a nota,
la partitura de rayos y centellas que conlleva la tormenta.
En la solemnidad del concierto, el aguacero vierte sus cantaros sobre la tierra.

Claudio Navarro.


Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s