Los seres de la tierra
como en serie de guerra
con gritos de terror,
¡Horror!
Corrían por doquier
sin poder entender.
¡Arduo era respirar!
¡Penar!
Y con incertidumbre,
inmensa pesadumbre,
y con el alma mustia,
¡Angustia!
Se dieron cuenta al fin
que intenso polvorín
era sólo su obra.
¡Zozobra!
El causante mayor
por no oír el clamor
de su dolor brutal.
¡Crucial!
Y de rodillas fue,
que sabiendo el porqué,
miraron su final.
¡Mortal!
María Adelina García Corea.
México.