Cuento las estrellas: una, dos, tres… Estoy solo: cuatro, cinco, seis… Espero ansioso que alguien acuda al rescate: siete, ocho, nueve… Moriré ahogado: diez, once… Pasa cerca un bote. Estoy salvado. Hago señas. No me ven. Se me esconde la luna detrás de la bruma. Sigo contando: doce, trece… Amanezco boca arriba. Es una suerte que ya no vea luna ni estrellas en el cielo infinito y, en mi celda, sí, el techo mugroso y maldito.
José Vatalaro.
Argentina.
Publicado en mi libro: “El bultito del cuchillo”, podés verlo haciendo click acá:
https://www.autoreseditores.com/libro/7190/jose-vatalaro/el-bultito-del-cuchillo.html