Tuve amigos y amigas de verdad,
pero yo me alejé y los perdí;
y hoy me queda nada más que tu amistad,
¡Oh!, poesía, dulce amiga -¡ven a mí!

Ven hermana, compañera, -¡ven conmigo!
necesito de tu voz y tu pasión;
compañera de emociones y de penas,
dame un poco de tu lírica expresión.

-Oh!, poesía, bella amiga,
necesito que me des todo tu don;
que le des al alma mía, la ternura y la emoción,
que me des cada momento, la sagrada inspiración.

Dame el verbo, dame el verso,
más perfecto, más sublime y más bello;
que la lengua castellana, puedan dar,
que mi alma necesita: la expresión.

Dame el canto y la armonía, y también dame alegría,
quiero ser amiga mía, el que cante, y el que grite;
la emoción y la ternura que devora el corazón,
el que hable con tus versos, el que vibre con tu voz.

Porque yo…quiero expresar en mis versos:
las angustias y sentimientos de la gente;
que le causa el vivir cada momento,
en un mundo tan injusto y tan perverso.

Donde solo hay lugar para el que miente,
el que roba o el que engaña a los demás;
al honesto se lo ve con malos ojos,
y al decente se lo quiere separar.

Yo te pido, buena amiga, luchadora y compañera,
que no dejes ni un momento de inspirarme;
que mis versos lleven siempre los mensajes,
que la gente: más sufrida, -quiere escuchar.

¡Ven amiga!, -ven conmigo, dulce y pura,
acompáñame en mis noches y en mis días;
ilumina con tus ojos mis caminos y mi mente,
que yo quiero llevar al mundo, -la esperanza.

Que te metas en mi sangre y en mi ser,
me acompañes, en mis luchas y en mis penas;
y no dejes nunca más, -de ser mi amiga,
por el bien, por la justicia y por la paz.

César Tellería Oliva.
Bolivia.