En aras del dolor, -canto a mi pueblo,
y en mi canto quiero contar su tristeza; desesperado quiero llenarlo todo con mi llanto,
o con el grito del que reclama y no lo escuchan.
Que mi canto lleve todos los mensajes,
de los niños que están desamparados.
Los ancianos olvidados y maltratados,
y el de los hombres, explotados u oprimidos.
Acongojado, por el dolor y por las penas,
de la gente que está desesperada;
porque la dejan sin trabajo o la marginan,
o le quitan su presente y su futuro…
Salgo a cantar y reclamar por todos ellos,
por los más débiles y por los que no pueden hablar,
vengo a pedirle al mundo y a los gobiernos,
que es necesario, que acaben -con tanta injusticia.
Porque yo he visto: que la pobreza es provocada,
por los gobiernos que derrochan o que oprimen;
por los países que se abusan o que despojan,
a los más débiles cuando logran someterlos.
Porque hay gobiernos y hay leyes abusivas,
que saquean y que oprimen -a la gente indefensa;
y le quitan su libertad, sus bienes y sus tierras,
o la empobrecen -hasta que están en la miseria.
Nadie podrá negar de la injusticia,
que cometen los tiranos que gobiernan;
cuando se embarcan en planes fabulosos,
mientras matan de hambre, -a todo su pueblo.
Canto a mi pueblo con mi bronca y mi tristeza,
con la pasión, y con la fuerza de mi último aliento;
con la esperanza -de que alguien al escucharme,
pueda llevar este mensaje «a todo el mundo».
Si hay un alma sensible que me escuche,
o que entienda del clamor que hay en el pueblo;
quiero que lleve esta consigna a casa hombre,
por la justicia -hay que luchar eternamente.
César Tellería Oliva.
Bolivia.