Recorres las arterias de mi cuerpo como la sangre que fluye por mis venas.
Como huracán que arrastra las ramas hacia las arboledas.
Eres la fuente que riega mi inspiración, emerge de mi corazón.
Eres todo y nada, surge de mi razón.
Furtivas miradas moran en las huellas de mi rostro.
Rostro enardecido, un amor clandestino, acalla sus pensamientos,
no ser descubierto.
Te llevo en mis venas tratando de olvidar que mi universo está lleno de ti.
Abstraída en mi mundo interio, rodeada de una fantasía efímera, lejos de la
realidad.
Imaginando una diminuta posibilidad de encontrarme con la verdad.
Llevo conmigo tu eterna sonrisa y florezco como la rosa que nace en los
jardines.
Callada observo, tu mirada soñadora que subyuga mis placeres.
En silencio conmociono, latiendo mi pecho a mil por hora. Te llevo grabado en
mi piel.
Adormecida vivo en la quietud de mis secretos, atesorados en el infinito
como alhajas escondidas en el cofre de los recuerdos.
Lágrimas recorren mis mejillas, imaginar que hay otra en mi lugar.
Saciando tus labios, convirtiéndose tu refugio, tu recóndito pensar.
En mis venas te llevaré todavía, esperanzada ser quien riegue el candor
de tu alma, abriendo los pétalos de rosas rojas que nacen del amor .
Te llevo en mis venas. Cuando halle un vestigio de frialdad en tu mirar,
ese día me alejaré para siempre de tu suspirar.
Te llevo en mis venas.
Ania Belotti.
Lima Perú.