Si el fin del mundo aconteciera , imperaría el caos en el universo.
A favor de la paz arremetería hacia el prójimo inmerso.
Inclinaría mis rodillas ante el Altísimo clamando lo inverso.
Intentaría controlar la calma, respiración, y salivación para no entrar en pánico.
Reinaría el desorden, carecería de armonía el cosmos.
Surgiendo vientos huracanados, terremotos, augurando destrozos.
La población trataría de evacuar, saliendo algunos airosos.
Si la tierra desapareciera, buscaría a mis parientes distanciados,
aspirando que los ausentes lazos de amor, caigan dominados
por el perdón , el dominio del existente rencor, sean superados.
Si la emergencia fuera apremiante, en voluntaria me convertiría.
Apoyando la tribulación del desafortunado, producido por la conmoción
de un suceso inesperado por la población.
Confiaría en un ser supremo lleno de gracia y misericordia, llamado Dios.
Postrada a su merced, acataría con humildad sus designios.
Creyendo en la salvación de nuestra alma con la vida eterna.
D.R. Ania Belotti.
Lima Perú.