El divino San Jorge me cuida con su espada
y adoro humildemente sus celestes emblemas.
Él dice al peregrino irresoluto «¡No temas!»
cuando va cabizbajo con su rosa tronchada.
Me enseña su obediencia a no temer de nada,
a humillar la soberbia de las cosas supremas.
No me importan las loas, yo desdeño las gemas,
y voy como un cruzado con su insignia sagrada.
Y voy como un cruzado de Pegaso piafante
proclamando la gloria del San Jorge triunfante
y clamando a los vientos su azul Anunciación.
Amo al délfico santo príncipe de Capadocia,
y en divinos espasmos a mi mente se asocia
cercenando la testa del infame dragón.
Norberto Osvaldo Algarin. Poeta argentino nacido en Bs. As. el 3 de noviembre de 1990.
Autor de JUVENCIA (2014) y CANCIONES PARA ERATO (2015).