Cuando la tierra se estremece,
lo habitable sobre su área,
se mueve a un ritmo conmovedor.
En el momento de un terremoto,
los movimientos son asombrosos.
Nuestros pensamientos en instantes
pausan quedándose atónitos
por el acontecimiento improvisado.
En pocos segundos que respira la tierra
todos podemos expirar.
Aún viviendo tantos anuncios,
que la tierra nos saluda a través de su vibración,
no, nos cansamos de estimular iniquidad,
la avaricia nos guía a leal destrucción.
Cuando nacemos somos un encanto puro,
y a través de los años nos vamos
convirtiendo en lo desagradable.
Cuando tiembla la tierra evoca ira,
tanto agravio hemos causado,
que naturalmente se desahoga en diversas expresiones.
Es irrazonable cultivar la injusticia…
en el siguiente segundo todo se puede desvanecer.
Carlos Jarquín.