
Esta vida convoca
a los poetas,
a los que buscan dónde
estacionar su grito,
a los abandonados
por el amor y la espera,
a los que ya no esperan
entre migajas y sueños.
Esta vida convoca
a los desadaptados,
a los que dan la espalda
a los falsos consensos,
convoca a los que guardan
su angustia y su lamento
en un lugar oculto
en su penumbra.
Convoca la poesía a olvidar
el llanto,
a abrazarse a una estrella
que ya no quiere su noche,
al lucero que hoy huye
del brazo que aprisiona,
a columpiarse con la vida,
a bailar bajo la sombra
de cada árbol que levanta
sus ramas al viento.
Y es que la poesía también sueña
entre alacenas desnudas,
entre miradas perdidas,
entre brazos que no encuentran
otro brazo que le abrace.
Porque la poesía es raíz,
que afianza la sensibilidad
en nuestra entraña incierta.
Este poema forma parte del poemario inédito Poemas en la acera.
Isabel Cristina Arroyo Calvo
Costa Rica