¡Quiero verte muerto y morir contigo!
me gritaba el subconsciente, la noche que morí.
Ya vuelto sustancia putrefacta, envenené a los gusanos que comieron de mis sesos
hasta morir conmigo.
¡Quiero verme muerto y vivir sin ti!
le grité a mi consciencia, la noche que besé el subsuelo del infierno.
Y el cielo lloraba rosas, con ácidos perfumes
ante el regocijo de su adverso.
Enfermando fatalmente mi pecho
de remordimientos inconmensurables.
¡Quiero vivir muerto!
Pero en el reflejo de los espejos de mis ojos, se percibe vida.
Hambre ávida por lo sueños,
la inspiración llegó en silla de ruedas.
Y en los fogones, me aguardaba la mejor de mis sonrisas.
Andrés Ruiz