«De que soy poeta apenas tengo estos datos: Que no sirvo para nada, sino para hacer versos», con esta modesta frase, se describe quien fuera el poeta colombiano más destacado en la literatura infantil. Rafael Pombo nació en Santafé de Bogotá el 7 de noviembre de 1833, perteneciente a una familia aristocrática era hijo de Lino de Pombo O’Donnell, un político, militar y diplomático de Cartagena y Ana Rebolledo, mujer de alta alcurnia.
Precoz en su habilidad literaria, Pombo a los diez años de edad ya había copiado versos y traducciones en un cuadernillo que denominó Panteón Literario. En 1844 a los once años ingresó al seminario, en donde estudió el latín convirtiéndose en un diestro traductor de clásicos.
En 1846 va al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde estudió Humanidades y en 1848 en contra de su talento por las letras, su padre lo obliga a estudiar matemáticas en el Colegio Militar.
A los dieciocho años se gradúa de ingeniero civil con honores en Inglaterra.
Publicó sus primeros poemas en el periódico de la Sociedad Filotémica con el seudónimo de Firatelio.
Después escribiría dos de sus poemas más conocidos, La copa de vino y mi amor, firmado con el seudónimo de Edda, por lo cual se creía que eran obras de una enigmática y brillante poetisa, hasta que el mismo Pombo reveló su autoría.
En 1855 viajó a Estados Unidos, en donde permaneció casi dos décadas, desempeñando un cargo diplomático, representando al gobierno de Colombia, como secretario de la legación y encargado de negocios en Washington. Luego en Filadelfia fue nombrado cónsul.
También trabajó para la editorial Appleton como traductor al castellano.
Sus obras Cuentos pintados para niños (1867) y Cuentos morales para niños formales (1869), se publicaron por primera vez en New York. Al primero pertenecen poemas célebres como: El renacuajo paseador, El gato bandido, La pobre viejecita y Simón el bobito, del segundo pertenecen Mirringa mirronga y Fuño y furaño.
De regreso a Colombia en Santafé de Bogotá, fue coronado como Poeta Nacional el 20 de agosto de 1905 en el Teatro Colón y también fue elegido miembro de la Academia Colombiana de la Lengua.
Por esta época fundó dos periódicos, El Centro y El Cartucho.
Rafael Pombo ha conquistado la fantasía de los niños por generaciones, con poemas mágicos y divertidos como éste:
EL GATO GUARDIÁN
Un campesino que en su alacena
guardaba un queso de Nochebuena,
oyó un ruidito ratoncillesco
por los contornos de su refresco.
Y pronto, pronto, como hombre listo
que nadie pesca de desprovisto,
trájose al gato, para que en vela
le hiciese al pillo la centinela.
E hízola el gato con tal suceso,
que ambos marcharon; -ratón y queso.
Gobierno dignos y timoratos,
donde haya queso no mandéis gatos.
Otras de sus obras infantiles reconocidas fueron: El niño y la mariposa, Las siete vidas del gato, Noche de diciembre, El renacuajo paseador, El mosquito feliz, Cutufato y su gato, Doña panfaga, entre muchas otras.
Escribió también poemas para adultos, profundos y llenos de espiritualidad, entre los más destacados, La hora de las tinieblas y Preludio de primavera.
El poeta de los sueños infantiles, Rafael Pombo murió en Santafé de Bogotá el 15 de mayo del 1912 a la edad de 79 años.
Publicado por Revista el Bodegón Literario. Cape Coral, Florida.